
World Championship Titles
2002 IMS, Capri, Brava Q 8
1996 ILC 40, Athens, Brava Q8
1991 50′ Class Japan Abracadabra
1991 America’s Cup, San Diego, Il Moro di Venezia
1989 One Ton, Napoli, Brava
1988 Star, Buenos Aires, Argentina
1988 Maxi, San Francisco, Il Moro di Venezia III
El Abracadabra
es un barco de gran renombre en el mundo náutico. Después de haber recorrido los mares y océanos de todo el planeta ahora se pasea sublime frente al litoral de Gran Canaria. La suya es una historia de idas y vueltas, tal y como corresponde a los buenos buques. En los años 80 y 90 participó en regatas mundiales, a los mandos del patrón inglés Paul Cayard. En 1992 llega a España, concretamente a Palma de Mallorca, en donde estaría durante un tiempo antes de partir hacia un nuevo destino: Reino Unido. Es aquí donde sufre una de las transformaciones más importantes, pues en el país anglosajón le renuevan todo el casco, aunque se mantiene la estructura superior. Posteriormente, otra vez en España, pasaría por las manos del campeón olímpico grancanario Luis Doreste, quien navegó a bordo del Abracadabra durante 7 u 8 meses, en la Copa del Rey. Después de tan importantes aventuras, el velero no tardaría en ser lanzado al olvido, permaneciendo durante varios años en un puerto de Barcelona.
La noticia llega entonces a oídos de Antonio Toy Hernández, un avezado navegante procedente de Gran Canaria que llevaba surcando los mares desde su infancia. Toy había llegado a lo más alto de la competición, formando parte incluso del equipo preolímpico de Seúl (Corea) en 1988. Una inoportuna operación de garganta le impidió materializar el sueño de participar en unos Juegos Olímpicos, pero no pudo eliminar la sensación de que el mar era su vida. Por eso, cuando supo que Abracadabra estaba a la venta, no dudó un instante y viajó hasta Barcelona para traerlo a la que ahora es su casa, las Islas Canarias.
Para él, salir a navegar cada fin de semana es casi un ritual. Por eso ve con optimismo el acuerdo alcanzado con la ULPGC para promocionar y divulgar este deporte. Sin embargo, considera que todavía hacen falta más iniciativas.
«Echo de menos la existencia de más embarcaciones, porque así la gente podría disfrutar no solo de la navegación, sino también de la competición»
Pero para ello necesitan contar con sponsors y patrocinadores, algo difícil de conseguir en estos momentos de incertidumbre económica.